Clausulas del contrato
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Información para comprender la “letra pequeña” de la póliza
El contrato de seguro es el medio por el cual el asegurador se obliga, mediante el cobro de una prima, a resarcir de un daño o a pagar una suma de dinero al verificarse la eventualidad prevista en el contrato.
El contrato de seguro puede tener por objeto toda clase de riesgos si existe interés asegurable, salvo prohibición expresa de la ley.
La póliza es el instrumento escrito en el cual constan las condiciones del contrato. Aunque no es indispensable para que exista el contrato, la práctica aseguradora la ha impuesto sin excepciones.
Así, la póliza es el documento principal del contrato de seguro, en donde constan los derechos y obligaciones de las partes, es un documento privado redactado en varios folios. Las condiciones generales están impresas, mientras las condiciones particulares están normalmente mecanografiadas.
Es importante leer todas las cláusulas de una póliza con atención para así asegurarse de reclamar todo lo que corresponde. A la hora de analizar nuestro contrato del seguro conviene tener presente, al menos, fecha y modo para llevar a cabo la renovación del contrato si es lo que deseamos o por el contrario, para realizar la rescisión del contrato, como hacer efectivo la suscripción del contrato del seguro y, de igual modo, la cotización del seguro.
Debemos tener presente cuales son los pasos necesarios en la aceptación y emisión de las pólizas, que se pueden resumir en estos cuatro:
- Solicitud del seguro.
- Verificación de todos los datos que constan en la solicitud.
- Aceptación del seguro.
- Emisión de la póliza.
Una vez efectuado el contrato, además de derecho también contamos con algunas obligaciones como pueden ser pagar la prima establecida más los impuestos, tasas, sellados y demás recargos que establecen o autorizan las reglamentaciones de la actividad aseguradora. La citada prima puede variar en el curso del contrato, aumentando o disminuyendo cuando aumente o disminuya el riesgo contemplado.
Precisamente, el total de lo que debe pagar el tomador constituye el premio del seguro.
Es importante subrayar que si la prima no es pagada en término, el asegurador no es responsable por el siniestro ocurrido antes de su pago.
Entrando en el tema de siniestros, no debemos olvidar que otra de las obligaciones que tiene el contratante una vez firmada la póliza es, en el caso de sufrir un accidente sea leve o grave, denunciar el siniestro dentro de los tres días de ocurrido. Debemos denunciar y probar los daños que ha sufrido y permitir que el asegurador verifique la concurrencia del hecho y los perjuicios ocasionados. En este sentido, será clave clarificar quién es el culpable de un siniestro, dado que de ello influirá la indemnización de un seguro e indemnización por perjuicio.