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Es domingo, y estamos sentados frente al televisor a al espera de que comience la carrera de Fórmula 1. Se produce una salida perfecta para los pilotos, sin embargo, al llegar a la primera curva, uno de los coches impacta a otro. El F1 vuela literalmente, pasa por encima de otro, y toma tierra fuera de la pista, impactando brutalmente contra la barrera de protección. La cámara se centra en el vehículo accidentado donde el piloto se encuentra inmóvil. El F1 está totalmente destrozado. Un segundo después el piloto mueve la cabeza, y levanta el pulgar derecho indicando a todos que se encuentra bien. Por sus propios medios sale del monoplaza en el momento que llegan los servicios de emergencia, a los que vuelve a hacer señales de que se encuentra bien. Su HANS le ha protegido eficazmente de sufrir lesiones en columna cervical y cráneo.
Hace años, un accidente como el que hemos relatado podía provocar la muerte de un piloto de competición por fractura en su columna cervical, o por un traumatismo craneal. La fractura se producía a consecuencia de una flexión violenta del cuello por una deceleración brusca, mecanismo lesivo conocido como «latigazo cervical». En la actualidad este tipo de lesión no sucede en Fórmula 1, debido a los grandes adelantos en Seguridad Pasiva (dispositivos que tiene un automóvil para que, en caso de accidente, evite o disminuya las lesiones), y al desarrollo de un dispositivo protector de cuello y cráneo denominado HANS (Head And Neck Support, es decir soporte para cabeza y cuello).
HANS ha salvado la vida de muchos pilotos, y tiene una historia fascinante que merece ser conocida. Corrían los años 80, cuando un piloto falleció en un accidente debido a una desaceleración brusca que le ocasionó una fractura de columna cervical. Este piloto era amigo de Robert Hubbard, profesor de biomecánica de la Universidad de Michigan. Robert comenzó a estudiar la forma de proteger el cuello y la cabeza de los pilotos frente a este tipo de impactos, y en 1985 diseñó un soporte con respaldo que, colocado sobre los hombros, protegía el cuello y la cabeza del piloto de una desaceleración brusca e impactos (especialmente contra los laterales del habitáculo), y al que denominó HANS.
HANS fue todo un éxito. Su genial diseño y anclaje (al casco, y al asiento), protegían al piloto de forma espectacular de la energía que se liberaba en las colisiones, por lo que en el año 1991, comenzó su venta. En el año 2003, se hizo obligatorio su uso en la Fórmula 1, salvando desde entonces a numerosos pilotos de graves lesiones. HANS está fabricado con fibra de carbono, se hace a medida del piloto, y pesa muy poco (entre 500 y 600 gr.). Su uso es preceptivo también en el Campeonato Mundial de Rally.
Cuando observamos una foto de HANS, nos damos cuenta de que no puede usarse fuera de una conducción de competición, dado que limita mucho los movimientos de la cabeza, y es una pena, dado que una de cada tres personas que tienen un accidente de tráfico, sufren un esguince cervical por mecanismo de latigazo. Esperamos que los nuevos sistemas de Seguridad Preventiva que se están desarrollando, como el detector de colisión, contribuyan como HANS a reducir este tipo de lesión.