Un seguro para la bicicleta
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Pablo detuvo su bicicleta de montaña y bajó de ella. Extrajo su smartphone del dispositivo que lo anclaba al manillar, y tomó varias fotos del paisaje. El bosque otoñal mostraba un color ocre precioso. Volvió a colocar el smartphone, activó el navegador, y se montó. Cuando descendía por una cuesta, la rueda delantera golpeó con una piedra. Pablo intentó estabilizar la bicicleta, pero no pudo. Salió proyectado y quedó tendido en el camino. Pasados un par de minutos, recuperó la consciencia, sangraba por la nariz, pero se encontraba bien. El casco le había protegido la cabeza, pero tenía una fractura nasal, y le dolía el cuello. El resto eran simples arañazos gracias a su equipo protector. Mientras se taponaba la nariz con un pañuelo, miró la bicicleta y observó que los daños eran importantes, y por si fuera poco, su smartphone se había averiado por el golpe. Se sentó en el suelo a esperar que pasara alguien para ayudarle. A los pocos minutos pasaron otros ciclistas, que avisaron al 112. A consecuencia del accidente, Pablo tuvo unas pérdidas económicas importantes, y estuvo 3 meses en tratamiento médico.
Sabemos que la bicicleta es un medio de transporte extraordinario y saludable, que ayuda a controlar el sobrepeso, mejora el sistema cardiovascular, reduce la hipertensión arterial, el colesterol, y puede mejorar el estrés, y la depresión. Además es ecológica y, prácticamente, si no es un modelo eléctrico, sin coste alguno. Se calcula que en España hay más de 20 millones de bicicletas, alrededor de 3 millones de personas la utilizan casi a diario y un 40%, con frecuencia.
Sin embargo, los accidentes con la bicicleta son frecuentes (aproximadamente un 20% de los ciclistas dicen que han sufrido uno), y aunque tener un seguro de Responsabilidad Civil no es obligatorio, sí que es muy recomendable contratarlo por si se atropella a una persona. Por lo general este tipo de seguro también cubre el robo, lo cual es importante, dado que al 17% de los ciclistas le han robado la bicicleta.
Si acude al monte de forma frecuente con su bicicleta, como Pablo, pienso que es imprescindible contratar un seguro con cobertura de gastos sanitarios no sólo para los demás, si no también para nosotros, dado que esta modalidad deportiva puede provocar lesiones muy graves, como traumatismos crá
Imagino que muchos de vosotros estáis barajando la posibilidad de compraros una bicicleta para acudir a vuestros puestos de trabajo, por ejemplo, y quizá este relato os eche para atrás… Pues no debe ser así, sólo tenemos que ser consientes de que se trata de un vehículo y que estamos expuestos a muchos riesgos con nuestro propio cuerpo como freno. Por ello debemos ser precavidos y, sobre todo, si se trata de una bicicleta eléctrica, debemos tener en cuenta que el seguro es obligatorio si el motor auxiliar tiene una potencia superior a 0,25 kilovatios, y si su funcionamiento no se interrumpe cuando se alcanzan los 25 Km/h.
Además debemos tener en cuenta las novedades que surgen en el mundo del ciclismo. Y estar atentos a la salida de una nueva normativa que puede regular la velocidad, el aumento de la potencia de las bicicletas eléctricas, circulación, transporte de personas, y de carga. Y para los que quieren tener su cabeza segura a todo riesgo, se ha comercializado un airbag que se despliega alrededor de la cabeza cuando detecta un posible accidente.
No quiero finalizar sin recordar unos consejos de seguridad básicos: use siempre el casco y vigile que los niños también los usen, aunque sea para un paseo corto, ajuste bien la correa, y no se ponga una gorra debajo. Hágase ver mediante ropa reflectante, lleve la luz de posición encendida, y use catadióptricos en la parte trasera, pedales, y radios. No se ponga auriculares, ni hable por teléfono circulando.