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Son las 7,45 horas de una mañana del mes de Junio, y el tráfico es denso en la ciudad. Mónica accede al garaje y se pone su casco. Tiene mucha experiencia en la conducción de motos, y es muy prudente. Mónica arranca y se incorpora a la circulación. Teodoro entra en su coche que dejó aparcado frente a su casa. Se pone el cinturón de seguridad, lo pone en marcha y se incorpora a la circulación. Teodoro conduce desde hace 20 años, y también tiene mucha experiencia y cautela en la conducción. Mónica y Teodoro coinciden a las 7,50 en una calle de su ciudad. Teodoro mira por el retrovisor a la izquierda, y no ve ningún vehículo, pone el intermitente, gira a la derecha y se interpone en la trayectoria de Mónica, que se ve obligada a frenar bruscamente, y hacer una maniobra evasiva que evita el accidente. Teodoro, muy asustado porque no había visto la moto que circulaba a su lado, aparcó el coche, y se acercó a Mónica para preguntarle si se encontraba bien y pedirle perdón. Mónica le dijo que se encontraba bien, y le preguntó a Teodoro: ¿pero cómo no me ha visto? …
El estudio del funcionamiento del cerebro nos ayuda a comprender cómo pueden ocurrir algunos accidentes de tráfico, como el que ha evitado Mónica. A principios de este año se publicó en un estudio que en ocasiones, algunos conductores de coches no son conscientes de la presencia de las motocicletas, debido a que su cerebro no es capaz de percibirlas.
¿Por qué en ocasiones nuestro cerebro no percibe que una moto está circulando junto a un automóvil? El conductor de una moto sólo es responsable de uno de cada cuatro accidentes con otros vehículos. Entre los accidentes que no provocan los motoristas destacan los ocurridos por circular en paralelo, como el caso que acabamos de contar. Hasta ahora se pensaba que se debía fundamentalmente al llamado “ángulo muerto”, sin embargo en Universidad Nacional de Australia, mediante simuladores de conducción, han demostrado que, el hecho de que el número de motocicletas que circulan por las carreteras sea menor que el de coches, afecta a la capacidad del cerebro para detectarlas. Es decir, el cerebro percibe mejor el tipo de vehículo que circula con más frecuencia por la carretera: los coches. Esta puede ser una de las razones por la que, un conductor experto y prudente como Teodoro, no percibiese a Mónica circulando en su moto.
Qué solución existe para evitar estos y otros accidentes de moto: la solución vendrá de mano de las nuevas tecnologías de comunicación entre vehículos, especialmente la llamada V2V. Este sistema permitirá avisar al conductor de un coche de que una moto se encuentra circulando cerca de su vehículo, evitando así los accidentes por “falta de percepción cerebral”, y los ocasionados por “ángulo muerto”. En la actualidad se está experimentando mandar alertas mediante los Smartphones, pero en un futuro próximo el sistema de detección de presencia de motos estará integrado en el coche.
Mientras llega el V2V, prudencia, hacernos ver, estar atento a los nuevos sistemas de seguridad para motos que saldrán en los próximos meses, y… tener un buen seguro porque en ocasiones, el cerebro puede fallar, dado que no está diseñado para procesar información a velocidades superiores a 20 km/h, que es la velocidad media de carrera de una persona (si es usted un buen deportista, algo más).