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Hace unas semanas saltaron todas las alarmas en el mundillo motero patrio. El motivo: Movistar compraba los derechos del mundial de Moto GP y obtenía la exclusividad de la retransmisión de los grandes premios en directo. Acto seguido, hordas de enfurecidos aficionados, tuiteros, e internautas de todo tipo, entraban en ebullición reclamando que las carreras volvieran a ser gratuitas en la tele. La realidad, es que, Mediaset seguirá teniendo los derechos de algunas retransmisiones en diferido (9 grandes premios), pero aún no se sabe cuáles serán ni con qué horarios. No obstante, para dentro de 2 años (temporada 2015-2016) las carreras sólo se podrán ver pagando. Un servidor, también se alarmó ante la noticia, pero he intentado recabar todos los datos que tenía sobre el tema e interpretarlos. Aquí están mis conclusiones.
Está claro que en España todavía no estamos acostumbrados al ´Pay per view´ (pagar por ver), algo que sucede con el mundial de motos en países de nuestro entorno, como Inglaterra o Italia, y no digamos ya en Estados Unidos, donde te cobran hasta por ver la partida de petanca de tu barrio. Aquí, en nuestra piel de toro, hasta hace dos días las carreras eran gratuitas y sin anuncios. Es decir, pagadas por la televisión pública, que es lo mismo que decir que eran pagadas por todos los contribuyentes. Este chollo, con su gran despliegue de medios y cobertura, terminó hace dos años cuando nuestros gobernantes entendieron que semejante inversión no podía estar subvencionada por todos los contribuyentes, y menos, en nuestra situación de crisis. Y, aunque me doliera en su momento, es una decisión que comprendo.
La temporada siguiente (2011-2012), Mediaset (Telecinco, Cuatro, etc…), tomó el mando de las retransmisiones. Mediaset, como empresa privada que es, trató de maximizar su beneficio con las retransmisiones del mundial, lo que supuso menos medios para la cobertura de los grandes premios y la odiada publicidad durante las carreras. Aclaremos una cosa: a mí tampoco me gusta que me metan publicidad a falta de 5 vueltas para el final de una emocionantísima carrera de Moto 2, o cuando Marc Márquez está a punto de adelantar a Jorge Lorenzo, pero es inevitable. Y es inevitable, por que los medios de comunicación se financian con publicidad, y si no hay publicidad, no hay retransmisión. A no ser de que la pagues directamente.
Esto ha debido ser lo que se les ha ocurrido a los señores de Movistar. Que por cierto, han comprado los derechos de retransmisión, gracias a que Mediaset tuvo que dejar escapar el canon de exclusividad por la dificultad que suponía pagar con la publicidad los más de 20 millones de euros que valen. Y han pensado, que si tienen la exclusividad de retransmitir los grandes premios en directo, apoyados por un gran equipo, para hacer largas y profundas retransmisiones de calidad, la gente estará dispuesta a pagar por ello.
Puedo entender el razonamiento, pero le veo bastantes pegas. Para empezar, me parece una apuesta arriesgada, y lo digo, desde mi punto de vista de aficionado a las motos. Me parece arriesgado, porque, para empezar, no está nada claro para el cliente cómo hay que contratar el servicio y qué precios tiene. Creo que una operación como esta se debe hacer con meses de antelación, para así, poder concienciar a los aficionados. Y, para que se hagan a la idea, las tarifas se han publicado quince días antes de que comience el mundial. Es muy difícil cambiar la forma de pensar de los aficionados en tan poco tiempo. Además, el público en general, tiene a las compañías de telefonía más miedo que a un toro con esteroides, debido a lo difícil que suele resultar, irónicamente, comunicarse con ellos.
Supongo, que Movistar habrá hecho algún tipo de estudio de mercado que le habrá dicho que este año perderán dinero, pero que lo recuperarán en las temporadas siguientes. Yo no me confiaría. Creo que conozco bien la comunidad motera, y si una cosa tengo clara, es que su unidad y su cabezonería son a prueba de bomba. El circuito de Jerez -actualmente al borde de la quiebra- no ha vuelto a ser el mismo desde que a algún aventado se le ocurrió hacer una serie de reformas para disgusto de los aficionados. Yo no jugaría al engaño con un público tan comprometido como el motero, porque para dentro de dos temporadas, los problemas puede que se hayan agrandado en vez de disolverse.
Uves y ráfagas.