Matrículas personalizadas: ¿2SEX14U?
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Cuando era pequeño tenía idealizado cualquier «ítem» de la cultura popular «usamericana». Aquellos impactos audiovisuales llegaban a través de videoclips, películas o series. Todavía recuerdo mi curiosidad por unas gigantes zapatillas de basket, mi sorpresa ante las gorras cuyas viseras bien podría ser un helipuerto, centros comerciales donde poder nacer crecer y reproducirse, e incluso aún me acuerdo de la brasa que di para encontrar la dichosa (y empalagosísima) mantequilla de cacahuete. Ahora, da la impresión de que no hay tanta diferencia entre allí o aquí. Es más, tengo la sensación de que vivimos bajo una invasión de barras y estrellas en la piel de toro, pero esa es otra historia.
En cualquier caso, hacerme mayor también sirvió para valorar muy mucho lo de aquí. Pero si hay algo que me sigue fascinando de la cultura popular de Estados Unidos, son las matrículas de sus coches. Pero no todas, sólo las personalizadas con nombres propios, juegos de palabras, abreviaturas, símbolos y una amplia variedad de posibilidades…
En España el panorama siempre ha sido diferente. Desde que en 1900 las placas identificativas de los automóviles fuesen obligatorias, las matrículas y su sistema de clasificación han cambiado poco. Lo que no ha variado nunca han sido las letras y números negros sobre fondo blanco, enmarcados en una placa rectangular. Hasta 1971 los datos de la matrícula se formaban con una identificación provincial de una o dos letras, y a continuación seis cifras en riguroso orden cronológico o de matriculación. A partir de ese año, y puesto que la provincia de Madrid iba a llegar a más de 1.000.000 de coches matriculados, se pasó a otro sistema que fuera más longevo. Se mantuvo la inicial o letras indicativas a la provincia, pero las cifras se redujeron a cuatro. Tras los números, se incluiría una letra empezando por la A. Cuando se llegase a la Z, se iniciaría una combinación doble, empezando por AA… Y así sucesivamente, hasta el 2000. Año en el que se introduce la numeración europea que distingue el país, y no diferencia provincias. Si miráis cualquier coche, lo veréis: al principio cuatro cifras, y después tres letras consonantes (nunca vocales), dejando sin usar la Ñ y la Q. Y el pequeño distintivo del país, sobre franja azul vertical, de una o dos letras.
Por todo lo anterior, los que disfrutamos mirando matrículas estábamos bastante limitados… Apenas podíamos jugar a ver placas cuyos números formasen cifras capicúas y dar así un pellizco en el brazo a nuestro acompañante (mejor que sea siempre alguien conocido…) Y poco más.
Pero eso ya no es del todo cierto. Desde hace dos meses se homologaron dos nuevos diseños de matrículas realizados por una empresa española. La personalización consiste en la posibilidad de colocar una placa de forma hexagonal u octogonal. En ellas, se podría optar a diferentes dibujos o filigranas de fondo. Por ejemplo, estrellas, rayas, el banderín de llegada de cuadrados blancos y negros, pero eso sí, siempre de un color claro y atenuado. Esta empresa es líder en placas de matrícula a nivel nacional y europeo y entra dentro de la lógica del negocio que recientemente publicaran los resultados de una encuesta encargada por ellos mismos. En dicha encuesta se afirmaba, entre otras conclusiones, que el 52,6 de los conductores españoles encuestados estarían de acuerdo en que se pudieran personalizar (hacerlas únicas, vamos) las matrículas de sus coches. Se entiende que esa opción llevaría un coste para el interesado, por lo que como ocurre en otros países occidentales, la administración (mediante el pago de un impuesto) podría obtener pingües beneficios sin tener que retirar ningún derecho o servicio previo. Y todos contentos.
Si me hubieran preguntado si me gustaría poder personalizar la matrícula de mi coche… habría contestado: A S A P. Que echando una vista rápida a la página web de Urban Dictionary veríamos que eso quiero decir «as soon as posible», es decir: tan pronto como sea posible. Quién sabe, quizás hubiese elegido: F Y I…