Cómo adaptar un vehículo para conductores con discapacidad
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¿Qué sensaciones experimenta al conducir un coche o una moto? Al realizar esta pregunta, escuchará respuestas como libertad, felicidad, sensación de vivir, placer, aventura… Por ello, al explicarle a una persona que ha sufrido un accidente grave que no va a poder conducir más por las secuelas a nivel de memoria o reflejos, como sucede frecuentemente en los traumatismos craneoencefálicos, su primera reacción es la negación. Con el tiempo, la ayuda de la familia y del psicólogo, la mayoría termina aceptando su situación.
Cuando las secuelas del accidente no son mentales sino físicas, por ejemplo la dificultad para el uso de un brazo o de una pierna, el conductor está deseando volver a utilizar su vehículo. Para volver a conducirlo se encuentra con la dificultad añadida de que tendrá que adaptarlo a la discapacidad física que presenta. Si el accidente que ha provocado la discapacidad física está cubierto por un Seguro, existe una indemnización para la adecuación del vehículo que en 2014 alcanzaba la cantidad de 28.758,80 €.
Las adaptaciones para la conducción que se pueden realizar son múltiples: embrague, freno, acelerador en un mando único para lesiones en miembros inferiores, telemando multifunción que activan luces, claxon, limpiaparabrisas para lesiones en miembros superiores, personalización del asiento del conductor, etc. Con respecto a la accesibilidad, existen asientos giratorios para facilitar la entrada al vehículo. Para conductores que precisan silla de ruedas hay múltiples adaptaciones, llegando al extremo de que se necesite un vehículo nuevo que permita la conducción con silla de ruedas. En la actualidad se comercializan vehículos monovolumen con plataforma elevadora que permite al conductor acceder a los mandos en su silla de ruedas eléctrica, y conducir desde la misma.
Hasta hace poco tiempo las adaptaciones se realizaban en talleres especializados, sin embargo, algunas compañías de automóviles (Ford) en colaboración con asociaciones de personas con discapacidad (Fundación ONCE), han desarrollado programas para adaptar algunos modelos a conductores o usuarios con discapacidad, utilizando las últimas tecnologías, que incluso permiten la conducción sin manos (échale un ojo al Plan Adapta de Ford para saber más).
Por último, para aquellos conductores que no se le puede adaptar el vehículo a su discapacidad, en poco tiempo estará comercializado el coche autónomo o sin conductor, y aunque no serán las mismas sensaciones, al menos podrán volver a tener en su mano la libertad de poder desplazarse a otro lugar sin necesitar a otra persona.