Cafe Racer
Compara los mejores seguros
Lo antiguo está de moda. Lejos de la fantasía ochentera de Rober Zemeckis en su célebre Regreso al futuro 2, gran parte de la moda y el diseño de hoy en día está inspirado en el pasado. Cierto que tenemos Smartphone, televisiones de alta definición y coches híbridos; pero también tenemos tocadiscos modernos con entrada usb, todo tipo de ropa vintage y Cafe Racers. De estas últimas es de lo que quiero hablar hoy.
Para quién no sepa lo que es una `Cafe Racer´ es una moto, inspirada en las inglesas modificadas de los años cincuenta y sesenta, de líneas simples y deportivas, con manillares bajos, ruedas de radios, y una posición de conducción de carreras.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la industria de la motocicleta Inglesa se encontraba en su mejor momento y marcas como Triumph, Norton o BSA inundaban con sus motocicletas los mercados, no sólo de Europa, sino también de Estados Unidos. De hecho, en la mítica película de Marlon Brando Salvaje (The Wild One, 1953), Brando no conducía una Harley como todo haría pensar del rebelde americano, sino una Triumph; una Thunderbird 650 concretamente. Y es que a diferencia de las `Chopper´ o las motos clásicas modificadas americanas (pensadas para largas travesías), las `Cafe Racer´ eran motos pensadas para correr.
Además del buen momento de la industria motociclista inglesa, en aquella época los jóvenes británicos no necesitaban ningún tipo de licencia para conducir una moto y estas eran el modo de transporte personal más económico. Si a eso le sumamos la influencia del recién llegado a Europa, Rock & Roll, tenemos un cóctel explosivo: lo que se conocería como la tribu urbana de los `Rockers´. Grupos de jóvenes enfundados en cuero negro que se juntaban habitualmente en cafés de Inglaterra (El Ace Cafe de Londres, que todavía existe, era el más famoso) para divertirse, socializar y correr con sus motos emulando a pilotos de la época como Mike Haillwood o Geoff Duke. Para ser el más rápido del barrio debían modificar su montura, y así se acuñó el término: `Cafe Racer´.
Cuenta la leyenda que una forma habitual de correr en esos Cafés era poner un dinero encima de la mesa e ir y volver de un sito en moto antes de que acabara la canción que sonaba en la `Jucke box´. Dicho tipo de carreras no tardaron en tener sus consecuencias en forma de jóvenes muertos o gravemente heridos, lo que dio la excusa perfecta a los tabloides británicos (siempre en búsqueda de un nuevo villano) para relatar exageradas historias de muerte y destrucción. El golpe más duro a la imagen de estos jóvenes motoristas fue a principio de los años sesenta, cuando empezaron a tener peleas con otra tribu urbana motorizada (esta vez por Vespas), conocida como los `Mods´, tal y como se puede ver en la película Quadrophenia. Curiosamente tanto las motos de unos, como los scooters de los otros, se han convertido en clásicos atemporales.
La era dorada de la moto británica terminó a finales de los sesenta con la llegada de las japonesas, pero no el de las `Cafe Racer´. La actitud del “háztelo tú mismo” sumado al romanticismo de aquellas motos de leyenda y a una estética bonita como pocas, ha hecho que este tipo de motos perduren hasta nuestros días. Y para no quedarse atrás, la mayoría de las marcas cuentan actualmente entre sus modelos con motos inspiradas o réplicas directamente en clásicas, `Café Racers´, o motos Vintage como se les llama ahora.
Y es que puede que estemos sobrecargados de tecnología. En un mundo en el que las Moto GP son imposibles de conducir sin electrónica; en el que no le puedes meter mano a tu moto con una herramienta porque necesitas un software específico; en el que las motos son tan rápidas que ya no se pueden conducir por la carretera…quizá haga falta volver al pasado. O quizá es moda, no lo sé.