La fascinante historia del seguro de incendio del hogar
La primera póliza para incendio se realizó en la antigua Asiria, hace unos 4000 años, aunque no fue para una vivienda particular si no para el templo. Ésta tuvo una particularidad, y es que se impuso de forma obligatoria a toda la colectividad.
La primera póliza para incendio se realizó en la antigua Asiria, hace unos 4000 años, aunque no fue para una vivienda particular si no para el templo. Ésta tuvo una particularidad, y es que se impuso de forma obligatoria a toda la colectividad.
De Grecia no hay noticia al respecto, sí de Roma, pero por los tremendos incendios que se provocaban en sus “rascacielos”. Verán, allá por el año 100 al 200 dC. se construyeron en esta ciudad los edificios más altos del mundo conocido por entonces. Muchos alcanzaban las 6 plantas, y algunos hasta 7. Las viviendas de estos “rascacielos” se destinaban al alquiler, que por cierto era bastante caro. La planta baja y el primer piso tenían el precio más elevado, por lo que era habitado por las personas con mayor poder adquisitivo. A partir de la segunda planta bajaba el precio, siendo el alquiler más económico el de la sexta planta. Debido al coste tan elevado del alquiler, lo habitual era que, a partir de la segunda planta, los pisos se subalquilasen, por lo que el hacinamiento en estos edificios era muy importante. Las ventanas no tenían cristales, no había suministro de agua, ni tenían chimeneas.
¿Cuál es la razón de que los últimos pisos fuesen más baratos?, pues porque ardían como una falla valenciana, dado que el riesgo de incendio era muy alto. Los inquilinos utilizaban el fuego constantemente en sus viviendas: cocinaban en hornillos de leña, se iluminaban con candiles, y se calentaban con braseros en invierno. Cuando se declaraba un incendio, los que tenían más posibilidades de salvarse eran los del bajo y el primero. A partir del segundo, las probabilidades de escapar, y salvarse se reducían de forma drástica. El problema de los incendios llego a ser tan grave en Roma, que tras el que hubo en la época de Nerón, se redacto una Ley que obligó a los inquilinos a disponer en su piso de un «extintor» casero, consistente en una tinaja con agua, para echársela a cualquier foco de fuego que se declarase, e intentar apagarlo antes de que se extendiera al resto de los pisos.
Fue en la Edad Media cuando la gente comenzó a asociarse en mutualidades para indemnizarse solidariamente en caso de incendio de sus propiedades. En 1666 una terrible desgracia ocasionó el despegue del seguro de incendio: el pavoroso fuego que afectó a Londres, quemando 13.200 casas, la Catedral de San Pablo, y 99 iglesias. Tras el mismo, se creó en Inglaterra el seguro contra incendio. A partir de entonces, aparecerán las primeras Instituciones de Seguros de Incendio, que irán evolucionando hasta las Compañías que todos conocemos hoy en día, quedando este seguro integrado en la póliza multirriesgo de hogar.
La última gran revolución ha venido de la mano de Internet, que nos permite la contratación de una póliza de seguro de hogar en tiempo real, y no sólo esto sino que también se pueden comparar y barajar las diferentes ofertas de varias compañías. ¿qué sucederá dentro de mil años?